Análisis del "Preludio a la siesta de un fauno" de Claude Debussy

Claude Debussy (1862-1918) fue un compositor e intérprete de piano francés perteneciente a la música contemporánea más temprana. Su búsqueda de nuevos sonidos mediante la exploración armónica y tímbrica, además del conocimiento, gracias a una exposición en París de la época, de los estilos musicales del oriente más exótico, le llevan a componer una música jamás antes escuchada. Estamos así ante un nuevo sonido, una nueva etapa de la música: la música contemporánea.

Si Claude Debussy es un autor paradigmático de este movimiento tan heterogéneo es por su innovación estilística. Este progreso se aprecia en sus dos obras más populares, tanto en Claro de luna como en el Preludio a la siesta de un fauno. En este análisis se estudiará ésta última, mostrando qué es lo que hace a Debussy un artista original.

"Preludio a la siesta de un fauno" comienza con una flauta travesera interpretando una muy sosegada y enigmática melodía, por cualquiera reconocible. Este inicio, de ritmo lento, monódico, y que juega en escalas de influencia oriental (por ejemplo, se aprecia la pentatónica), es emblemático, no solo para la pieza, sino para la música contemporánea en general. Si bien, compositores como Richard Wagner habían realizado un fraseo algo similar en, por ejemplo, Tristán e Isolda, el juego armónico aprendido de los maestros músicos orientales otorga a este preludio un sonido muy original, que en conjunto crea una atmósfera muy onírica, similar a la que buscaban, al mismo tiempo que Debussy componía, los modernistas con sus obras tanto poéticas como pictóricas y arquitectónicas. Ese ensueño es una constante en la obra de Debussy. Igualmente, en esta pieza, también tiene una presencia continuada. Claude llena de adornos de arpa la melodía principal que lleva la flauta travesera, en ocasiones de mayor intensidad tímbrica apoyada por lo que pudieran ser violines. Estos violines, cuando no apoyan la flauta, hacen una melodía acompañada, calmada, que también invita a la fantasía. Esta inevitable evocación al ensueño, a lo onírico, es desde luego una grandísima diferencia de los coetáneos posrománticos de Debussy. Lo exótico y lo experimental buscan a toda costa provocar sensaciones al oyente que, en el caso de la obra de Debussy, quedará prendado y seducido de melodías amables, ritmos calmados, y armonías de otros tiempos y culturas.